Gran parte del siglo XX está marcada por una producción arquitectónica que se lee, en general, como moderna. Las bases que configuran esa producción han sido -por lo menos durante seis décadas- objeto de discusión, reuniendo opiniones divergentes sobre la verdadera intención detrás de la gestalt moderna.
Por un lado, se aboga que en el centro de su origen, la escuela moderna lidia con una perspectiva de transformación social a partir de las propuestas de los arquitectos, como vertiente participativa del oficio en el escenario de la post Primera Guerra Mundial en Europa. Por otro lado, hay opiniones que encuadran a la arquitectura moderna en una clave estilística, marcada por características formales que orientan y crean un conjunto de producción que trata de la expresividad de los materiales, del tipo de diseño en los proyectos, y sobre todo de los consagrados 5 puntos de la arquitectura moderna de Le Corbusier.
Más allá de eso, hay autores que defienden que el principio de lo que vendría a configurarse como arquitectura moderna está relacionado a la producción de movimientos de mediados del siglo XIX, como el movimiento Arts and Crafts.
A pesar de la existencia de esta diversidad de lecturas, las trayectorias de algunos arquitectos se han convertido en una referencia incuestionable dentro de la historia de la arquitectura moderna, sea por inaugurar metodologías y propuestas que orientaron a generaciones que les siguieron, o por la destreza y maestría en el manejo de los puntos centrales colocados en discusión en ese contexto específico de la producción arquitectónica.
Autores como Le Corbusier, Mies van der Rohe, Frank Lloyd Wright, Oscar Niemeyer y Lucio Costa son algunos ejemplos, presentando trayectorias reconocidas dentro de lo que se entiende como moderno con proyectos icónicos en Europa, Asia, Estados Unidos y Brasil.
A partir de esto, la verdad, es que esos arquitectos no tuvieron una producción absolutamente homogénea. Todos ellos tienen en sus portafolios algunos proyectos que difieren mucho de lo que se suele atribuir a sus contribuciones a la historia de la arquitectura.
Esto puede estar relacionado con el propio tiempo de maduración de los discursos, los intereses específicos de los autores, además de las circunstancias de producción en cada país y las pautas nacionales e internacionales colocadas en la época. Tal vez, reconocer las existencias de estas obras disonantes sea de fundamental importancia para la comprensión de las influencias y referencias de esa arquitectura. Conozca algunos de los siguientes ejemplos, a continuación.
Las casas de Mies van der Rohe en Berlín
Ludwig Mies van der Rohe, arquitecto alemán nacionalizado norteamericano, fue exponente de una vertiente de la arquitectura moderna que implementó el concepto del "menos es más" con gran elegancia y contundencia en sus proyectos más conocidos. En términos de materialidad, la expresividad de sus obras –en vidrio y acero– fue una de las características más fuertes de su producción, influenciada por las vanguardias artísticas de Europa a partir de 1905, momento en que se traslada a Berlín para estudiar diseño de mobiliario.
Su trayectoria profesional se caracteriza por un origen influenciado por el estilo neoclásico, el cual se transforma con el paso de los años hasta alcanzar un estilo totalmente moderno. En sus primeros años en Berlín, Mies van der Rohe diseñó una serie de residencias que se remontan a ese momento inicial de su carrera. En 1907, con apenas 21 años, realiza su primer proyecto independiente, la Haus Riehl, un ejemplar de ese período que existe hasta hoy y que se ubica en los alrededores de la ciudad. A partir de esta, y hasta 1928, diseñó algunas otras casas con este mismo estilo neoclásico.
Las primeras obras de Frank Lloyd Wright
El característico diálogo de las obras de Frank Lloyd Wright con su contexto es una marca que resuena en la producción de muchos otros arquitectos que vinieron después de él. Hasta el día de hoy, es pauta de la producción contemporánea.
Sin embargo, algunas de sus primeras obras también revelan que los caminos trazados hasta llegar a lo que se consagró como su producción pasaron por referencias diversas. Ejemplo de esto son algunas de las casas e iglesias que construyó en Spring Green y Chicago al principio de su carrera.
Le Corbusier antes de los cinco puntos
Incluso el arquitecto franco suizo Le Corbusier, creador de las Unités d'Habitation -ícono de lo que se comprende como arquitectura moderna en Europa- tuvo en su carrera algunos ejemplares de evidente alusión neoclásica. El padre de los cinco puntos de la arquitectura moderna, inaugurados con el proyecto de Villa Savoye y que se convertirían en referencia absoluta al discurso moderno, es autor de algunos proyectos que se muestran como contrapunto de lo que vendría a ser aplicado como directriz de sus propuestas más tarde.
Algunos ejemplos de este período inicial de su obra son viviendas que el arquitecto construyó en Francia, sobre todo en su ciudad natal, La Chaux-de-Fonds en Suiza, como la Villa Fallet (1905) y la Villa Jeanneret-Perret (1912) conocida como Maison Blanche.
Alvar Aalto
Uno de los arquitectos más influyentes de la historia es el finlandés Alvar Aalto, quien se transformó en una de las mayores referencias internacionales para el Movimiento Moderno con una práctica que se basaba en formas orgánicas y materiales naturales. Además de esto, proponía una visión del proyecto arquitectónico como una obra de arte completa, ya que como se ve expresado en su obra, pensaba el diseño tanto desde el mobiliario hasta los aspectos funcionales del espacio.
Su trabajo fue constantemente marcado por transformaciones, ya que el arquitecto se estructuraba a partir de una búsqueda constante y distintas investigaciones que complementaban su práctica. Esto lo llevó a producir distintos ejercicios de arquitectura, algunos de ellos haciendo referencia a la arquitectura nórdica.
Brasil: los precursores del movimiento moderno nacionalista antes de Brasilia
No es característica exclusiva de los arquitectos norteamericanos y europeos, una trayectoria que se estructura con diversas referencias de proyectos que no dialogaron con la producción de los íconos modernos de su momento. En Brasil, dos grandes representantes de lo que se estableció como moderno también tuvieron experiencias vinculadas a otras directrices.
Lúcio Costa es conocido internacionalmente por haber sido responsable de uno de los proyectos más importantes de la historia de la planificación urbana y la arquitectura en Brasil; diseñó el Plan Piloto de Brasilia de 1957, un marco de lo que se entiende como expresión de lo moderno nacionalista. Oscar Niemeyer es otro arquitecto fuertemente reconocido que jugó un papel central para la adopción de preceptos modernos que estaban en pauta en ciudades de Europa, traduciéndolos a un contexto específico brasileño e incluso participando en la propuesta para la nueva capital del país en conjunto con Lúcio Costa.
Lo que poco se sabe, es que incluso ellos tienen en su historia proyectos que aluden a otras referencias, sobre todo de la arquitectura colonial brasileña. En el caso de Niemeyer, el ejemplo más claro es el proyecto de la Residencia Francisco Peixoto.
A pesar de ser considerada la primera construcción de estilo moderno en la ciudad de Cataguases, todavía se puede apreciar un distanciamiento que no sigue el mismo discurso de algunos otros proyectos como el complejo de Pampulha, en Minas Gerais, o los edificios en Brasilia.
En el caso de Lucio Costa, el ejemplo es aún más sorprendente, ya que se atribuye a él y al antiguo socio Fernando Valentim, la autoría del proyecto del Castillo de Itaipava, en Petrópolis.